En 2014, BMW da un golpe para celebrar los 90 años de la industria de la moto. El R Nine T se presenta a la prensa y al mundo. Bam, gran bofetada en la cara para muchos, el aspecto y el estilo desentonan con la gama actual de motos del fabricante bávaro. La tendencia Café Racer ha tenido su efecto, sacando al mercado algunas máquinas muy bonitas, de las que la R Nine T es sin duda una. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.
Pero, ¿qué está pasando? Nada grave, sólo el resultado de la triste constatación del clima motociclista actual: demasiados radares, demasiada gente, motos asépticas repletas de ayudas a la conducción. Menos kilómetros anuales para muchos de nosotros, niños que montar, desplazamientos inmanejables hacen que nuestra media descienda pero, afortunadamente, no nuestras ganas de montar. La tan querida Café Racer requiere una inversión física debido a la posición de conducción. Por lo tanto, la cara del mercado está cambiando, es necesario crear motos divertidas y surfear sobre la ola vintage que arrasa el planeta de las dos ruedas a través de tuneadores independientes. BMW lo comprendió muy rápidamente y fue especialmente reactiva. La R nine T fue la respuesta con buenas cifras de ventas, sintonizadores activos y una inevitable atracción de hipsters que antes no se interesaban por los productos bávaros.
Si vas a volver al pasado del motociclismo para encontrar la esencia de la diversión en moto, más vale que vayas a por todas. ¿Demasiada gente en la carretera? Dejémoslo, o al menos tengamos ganas y mirada. BMW responde así a otras marcas que han lanzado modelos scrambler con mayor o menor éxito.
A saber, estas motos proceden de una época en la que los motoristas montaban un gran manillar, cambiaban los neumáticos de carretera por otros con clavos y levantaban los potes para ir a todas partes. Sencillas y ligeras, así eran las Scrambler de los setenta…
Ahora BMW se sube al carro con su propia interpretación de la «Scrambler». La base ideal ya existe en el catálogo, sólo es cuestión de modificar el R Nine T para convertirlo en una escapada rural. Veamos hasta dónde ha llegado la marca muniquesa para recuperar a los moteros perdidos…
La idea es que una Scrambler sea sencilla, ligera, con un motor potente que te ayude a superar situaciones complicadas. La Scrambler debe permitirte ir a cualquier parte, rodar con el morro al aire sin impedimentos, divertirte sin provocar velocidades ilegales, vivir la aventura de la vida cada vez que te subas a ella.
Para ello, tomamos una R Nine T, retiramos su horquilla invertida y la sustituimos por una robusta horquilla clásica sin ajuste que ofrece 125 mm de recorrido. En la parte trasera, el amortiguador lateral ofrece 140 mm con un ajuste de precarga, pero nada más.
Destacamos los silenciadores, suministrados por la empresa eslovena Akrapovic. Se sitúan en la parte superior de la parte trasera izquierda, dando a la Scrambler un aspecto muy necesario. Se ha eliminado un disco de freno delantero, ya que una Scrambler no está hecha para competir. Ponemos una llanta de 19″ delante y mantenemos una de 17″ detrás. Además de las llantas de radios originales, puede pedir como opción un magnífico par de llantas de radios e incluso pedir los neumáticos con clavos que combinan bien con el look. Sin embargo, cuidado con su uso en carretera, ya que su estabilidad sobre el asfalto no es la más feliz. Pero bueno, ¡las apariencias son las apariencias!