Las nuevas normas de homologación y un mercado muy competitivo han obligado al Renault Talisman a revisar al alza su gama de motores. Hoy nos ponemos al volante de la nueva versión más potente, cuyo bloque ha sido tomado prestado del Alpine y que ha recibido un nuevo acabado S-Edition para la ocasión.
Para Renault, ha llegado el momento de hacer limpieza, señala el concesionario de tasar coche online Crestanevada. La marca desempolva su gama de motores disponibles en el catálogo. Después de haber democratizado el nuevo 1.3 TCe bajo el capó de sus modelos en los segmentos de los coches urbanos y las berlinas compactas, ahora es el turno de ofrecer nuevos bloques al tope de gama. En diésel, es inminente la llegada del 1.7 BluedCi de 150 CV, que será apoyado por un nuevo 2.0 dCi de 200 CV (ya disponible en el Espace) que llegará al Talisman en 2019. Por el momento, la berlina está equipada con el nuevo 1.8 TCe (recientemente instalado en el Espace, ¿me sigues?). Este motor de cuatro cilindros, derivado del deportivo Alpine A110, se ha desinflado para desarrollar aquí 225 CV. Se combina automáticamente con la transmisión automática de doble embrague EDC7 de siete velocidades y el eficiente chasis con dirección a las cuatro ruedas y amortiguación controlada.Prueba – Renault Talisman 1.8 TCe 225 CV: aliento tímido
La llegada de este motor también marca la introducción de un nivel de acabado S-Edition con un aspecto ligeramente más masculino. Las nuevas llantas de 19 pulgadas son negras, y los retrovisores también son negros. Eso es todo. La berlina francesa se atreve a mostrar su lado deportivo… A bordo, encontramos el habitáculo sobreequipado de una versión de alta intensidad, aderezado con costuras rojas (volante, fuelle de la palanca de cambios, asientos, salpicadero). Se trata de una presentación discreta, que se corresponde con el carácter cortés de este coche de largo recorrido.
Los aficionados a los coches con carácter deberían seguir adelante. Este nuevo motor, que ciertamente deriva del demostrativo Alpine y actúa como un nuevo motor de gama alta para el Talisman, no pretende condimentar la experiencia de conducción de esta sabia berlina. Sí, la potencia ha subido, al igual que el par motor, que ha aumentado en 40 Nm para alcanzar los 300 Nm. Pero el carácter lineal de este último, totalmente desprovisto de efecto turbo, y su asociación con la transmisión automática EDC7, suave pero no hiperreactiva, suavizan su comportamiento. El aumento de dinamismo respecto al antiguo 1.6 turbo de 200 CV se nota un poco. Las cifras de rendimiento lo demuestran: dos décimas más rápido de 0 a 100 km/h (7,4 segundos), y apenas más para pasar de 80 a 110 km/h (5,4 segundos).
Además, el silbido constante del turbo al menor toque del acelerador y el sonido del motor a altas revoluciones no animan a tocar el encendido. Y no cuentes con las diferentes configuraciones de conducción para animar las cosas. En el modo deportivo, se envía un sonido artificial del motor a través de los altavoces Bose. Esto es menos molesto que con Peugeot, pero aún así… Las prestaciones han mejorado ligeramente, pero esto ha supuesto un claro aumento del consumo de combustible. Tras varias decenas de kilómetros en una ruta que mezclaba carreteras rurales y autopistas, el ordenador de a bordo nos mostró un consumo medio que coqueteaba con los 9,5 1/100 km. Esto deberá confirmarse en una prueba más amplia, pero este valor nos pareció alto, aunque el ritmo adoptado fue más bien suave. El hecho es que este Talisman emite 164 g de CO2/km, ¡30 más que el coche al que sustituye! Esto significa que la sanción es aún mayor: casi 5.000 euros en 2018, y mucho menos en 2019. Tengan paciencia. Cuando uno imagina que un Peugeot 508 equipado con PureTech de la misma potencia sólo está sometido a un malus de 300 euros…
Por lo demás, el Talisman, cuando está equipado con dirección a las cuatro ruedas y amortiguación controlada, no tiene por qué revisar su copia. La eficacia siempre es un farol en la secuencia de curvas y la estabilidad sin fallos en las grandes curvas soportadas.
En la ciudad, el corto radio de giro es también un punto fuerte para este largo Renault. Por otro lado, el confort no parece ser tan acolchado como en las versiones tradicionalmente amortiguadas. Esto se debe a la suspensión neumática, pero también, curiosamente, a la amortiguación controlada que parece haberse tomado a pecho su misión de hacer el coche más dinámico. En carreteras empedradas, los amortiguadores eran bastante ruidosos y el mobiliario crujía ligeramente.
Por lo demás, el talento del Talismán es evidente cuando se trata de tragar kilómetros. Su habitáculo, muy espacioso, es capaz de transportar a cuatro adultos (con una mención especial para la acogedora banqueta trasera) con un nivel de confort muy bueno, siendo la insonorización bastante buena, que sólo se ve perturbada por algunos ruidos de aire en la autopista. El maletero está muy bien dimensionado, con más de 600 litros de espacio de carga disponible, incluyendo el espacio bajo el suelo. El portón trasero del Laguna seguía siendo más práctico… Y si la distribución interior conlleva algunas críticas, es sobre todo el nivel de acabados que queda por debajo de lo que ofrece la competencia (incluido el 508 francés, que está muy cuidado). Renault parece haber intentado rectificar la situación cubriendo algunos de los plásticos duros de la parte inferior del coche con materiales blandos. No es suficiente.