Tengo que admitir que la Honda NC 750 S no me entusiasmó, pero como dice el anuncio, eso era antes. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.
Su aspecto, sin embargo, ha evolucionado para 2016 con un nuevo carenado, nuevas luces LED delanteras y traseras, un asiento rediseñado… pero es difícil quedarse realmente con su diseño. Un look quizá demasiado discreto, pero también existe una versión X, más aventurera y extrovertida.
Antes de ir a probarlo, era necesaria una pequeña lección sobre el DCT. Efectivamente, sin maneta de embrague ni selector, nunca lo había experimentado en otro sitio que no fuera un scooter. Sí, lo sé, ¡qué vergüenza!
El sistema ya está en su 4ª evolución, así de tarde llegué a esto.
El DCT, en definitiva, es una caja de cambios automática o secuencial que ofrece 5 modos diferentes: un modo económico (D), tres modos deportivos y un modo manual que se utilizará muy poco, o nada, una vez que se hayan probado los demás.
Honda NC 750 S con DCT, práctica en muchos sentidos
Un pequeño empujón en el estrangulador, el NC arranca en punto muerto, hasta aquí todo bien. Otra pulsación en el botón selector de modo, engrana el primero pero sigue sin funcionar. Sólo cuando giras el acelerador empieza a moverse. El cambio DCT sube o baja por sí solo, incluida la parada, en la que sólo hay que frenar.
Bastante sorprendente, sobre todo al principio, pero te acostumbras muy rápido.
El modo ECO cambia de marcha muy rápidamente y no es raro encontrarse en 6ª por debajo de 70 km/h. Si no te parece estimulante, te ofrece un consumo de combustible récord. Apenas 3,4 L/100, ¡lo cual es asombroso!
Los ingenieros de Honda aprovechan al máximo los 54 CV del bicilíndrico en paralelo.
Mejor aún, a veces siento que la moto entiende lo que quiero. Sin siquiera cambiar al modo deportivo, un mayor uso de la empuñadura derecha (¡abierta del todo!) retrasará el cambio para permitir una mejor aceleración, incluso en modo D.
Los 3 modos deportivos son inevitablemente un poco más exigentes. El nivel 3, el más rápido, ofrece grandes revoluciones y permite por fin oír el nuevo silenciador. Pero no te hagas ilusiones, no convierte la moto en una roadster deportiva como la CB 1000R. Pero la dosis de diversión estará ahí, lo suficiente para divertirse sin asustarse necesariamente. Además, te permite conducir de forma diferente según tus necesidades o gustos.
Además, los cambios de marcha son casi imperceptibles por su suavidad. Sin tirones ni pausas, un verdadero placer de conducir.
Honda NC 750 S con DCT, práctica en muchos sentidos
Honda también ha perfeccionado la gestión del DCT mediante sensores que miden la inclinación de la moto. De este modo, se evita reducir de marcha en medio de una curva, se frena más el motor en los descensos o se retrasan las subidas de marcha en las cuestas.
Sólo una vez en los 500 km que recorrimos falló el DCT al reducir de marcha en el momento equivocado en medio de una curva.
Evidentemente, los primeros días buscas la maneta del embrague, sobre todo para frenar, pero te acostumbras rápidamente a esta caja de cambios automática. No es necesario volver a cambiar a manual, siempre se pueden utilizar los dos botones para forzar un poco el sistema si es necesario, pero rápidamente se hará cargo.
No os quiero contar el esfuerzo que tuve que hacer cuando volví a coger la moto una semana después: ¡que no se me olvide el embrague, que no se me olvide!
Hablando de practicidad, la NC 750 S también mima a su piloto. El falso depósito es en realidad un maletero de buena capacidad, aunque algunos cascos no quepan. Ahí sí que cabe una mochila como la Kriega o todo mi equipo de fotografía y vídeo.