Jefe indio Darkhorse el lado oscuro al estilo indio

Esta es una primicia para Crestanevada Motos, la primera temporada en la que hemos tenido el placer de probar Victory e Indian.

 

Por mi parte, heredé un Indian Chief Darkhorse por casualidad.

 

Largo, muy largo incluso, ancho, imponente, impone respeto y también fortalece los brazos, pero volveremos sobre ello más adelante. ¿Figuras? ¡2.634 mm de largo, 1.026 mm de ancho y casi 350 kg! ¡Qué guay!

 

Negro, muy negro también, como guiño a unas costumbres demasiado relucientes. Se permite un poco de cromo en los guardabarros, las aletas de los cilindros, los interminables y largos silenciosos y las magníficas tapas laterales redondas con el famoso logotipo de Indian.

 

Los laterales del depósito están adornados con la cabeza india tan apreciada por la marca, pero también permanecen en tonos oscuros.

 

Los guardabarros engullen las llantas, haciendo que la Darkhorse parezca aún más grande. Ni siquiera se ven las pinzas de freno, que también desaparecen bajo las cubiertas. En la parte delantera, como para guiarte en el camino, el gorro amerindio sigue ahí y se enciende nada más montar.

 

Desde el principio, se muestra egoísta con su asiento monoplaza, un asiento bastante cómodo, bastante bajo pero aún consigo encajar mis grandes piernas en las anchas placas. Es una pena que esta moto no tenga doble cambio.

 

El manillar, como el resto de la moto, parece enorme, lo que contrasta con el velocímetro y su pequeña pantalla LCD. Te ofrece toda la información que necesitas: trayectos, autonomía, aforo, temperatura e incluso voltaje de la batería.

 

Los más atentos se habrán dado cuenta del extraño calibrado del velocímetro: normal hasta 120 km/h y muy pequeño más allá, como para dar a entender que aquí no se habla de velocidad ni de tiempo.

 

¡No busques el interruptor!

 

No hay ninguna. Con el llavero en el bolsillo, basta con pulsar el botón de encendido y apagado para activar la moto y, a continuación, el estárter para arrancarla.

 

Práctico pero un buen consejo: no olvides el código de seguridad antes de salir del concesionario y ya que estás, pruébalo in situ.

 

¿Por qué? La electrónica no es infalible y si la moto deja de reconocer la caja o si se le agota la batería, la única forma de arrancarla será con un código que se codificará con el botón del intermitente. Sin caja y sin código, tendrás que remolcarlo. Parece una experiencia de la vida real, ¿verdad?

 

En resumen, sepa utilizar el código de seguridad, ¡nunca se sabe!

 

Estábamos empezando. El motor empieza a temblar y el gran bicilíndrico se sacude con un rugido bastante discreto. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.