Para permitirnos probar sus dos nuevas motos, la GSX-R1000 y la GSX-S750, Suzuki nos invitó esta semana a descubrir la pista y la carretera alrededor de Estoril y sus hermosas colinas. En la silla de montar, ¡y no al son de un fado! ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.
El oeste de Lisboa está lleno de playas y carreteras que harían palidecer a muchos destinos exóticos. Portugal es todavía poco conocido, pero es un país espléndido donde la moto adquiere obviamente una dimensión diferente a la de nuestras tierras grises, como podemos atestiguar por haber viajado allí sobre dos ruedas durante varios veranos. La elección del Grupo Moteo para este primer Press and Dealer Ride fue por tanto tanto tanto más juiciosa cuanto que la región contiene también, entre sus perlas, la formidable pista de Estoril. Consulta la reseña técnica de ayer para obtener más información sobre la tecnología de la nueva GSXR1000.
Moteo y las motos es una historia que se remonta 80 años atrás y que iniciaron Albert y Gérard Moorkens. En la actualidad, el grupo vende vehículos de dos ruedas (Suzuki, Sym, Derbi, etc.) en 5 países europeos y accesorios en 9 naciones a través de una red de más de 8.000 concesionarios. Un éxito belga. Por ello, no es de extrañar que el evento tuviera una dimensión internacional: periodistas belgas, suizos, portugueses y españoles tuvieron el privilegio de pilotar las nuevas motos Suzuki para conocerlas a fondo. Este importante acontecimiento también había traído a Portugal a un ingeniero japonés que, discretamente, observó el buen desarrollo del evento al tiempo que mantenía frecuentes contactos con el personal técnico de Suzuki.
Un ingeniero japonés fue enviado especialmente al lugar
Nada más bajar del Airbus de Brussels Airlines, nos dimos cuenta de que Lisboa ponía una docena de grados a la vista de nuestra capital; el sol brillaba, así que tenía buena pinta. Nos dirigimos a Cascais, una elegante y renombrada estación balnearia; la Ostende portuguesa, por así decirlo. Salvo que aquí la costa es mucho más recortada y los paisajes más fascinantes. Y Estoril está a tiro de piedra… Nada más dejar las maletas en el hotel, se anunció la conferencia de prensa organizada por Suzuki Bélgica. Una GSXR1000 con los colores de MotoGP nos da la bienvenida en el bar del hotel y nos indica el camino a la sala de trabajo. Sorpresa: Suzuki prefiere una buena sobriedad a los vídeos atronadores y las realidades técnicas a las declaraciones a bombo y platillo. Puede consultar el contenido de esta rueda de prensa en nuestra revista técnica publicada anteriormente.
La carretera que bordea el Atlántico (vista aquí desde nuestra habitación de hotel) es una vista espléndida
De vuelta en el vestíbulo, periodistas de todo el mundo intercambian sus impresiones -principalmente estéticas- sobre la GSXR azul. La opinión es unánime: es bonita, esbelta, picante y, si no destaca más que las generaciones anteriores, es porque Suzuki ha sabido mantener su identidad estética rejuveneciéndola drásticamente. Donde una CBR de 2017 no tiene nada que ver con una 929 de 2001, la GSXR actual no reniega de su antepasada. Con un pedigrí tan mítico como el suyo (¡todos los fabricantes se han inspirado en el primer Gex!), creemos que esta filiación estética está plenamente justificada. Por supuesto, podemos objetar sobre la robustez del silenciador -no sobre su sonido-, sobre algunas soldaduras que podrían haberse cuidado mejor o sobre la ausencia de latiguillos metálicos, pero la impresión general es, no obstante, muy halagüeña. La GSXR1000 estándar es la superbike más democrática de nuestro tiempo, con un precio de 16.999 euros (21.999 euros para la GSXR1000R).
No hubo suerte, tomamos la carretera de Estoril en una mañana nublada y húmeda. El programa del día incluye 4 sesiones de 20 minutos cada una en la antigua pista del campeonato del mundo por la mañana y un paseo por la costa en una GSXS750 por la tarde. Marc Fisette, siempre brillante al manillar, será nuestro entrenador junto con Denny Lanoo. Ante la alta estatura de su servidor, Fisette comenta: «Ya verás, han trabajado mucho en Suzuki. La GSXR es más pequeña que antes, pero encontrarás tu sitio en ella, incluso a 270 km/h en línea recta. No había mentido, por cierto.
Descubrimos la pista en autobús y Fisette nos advierte: «Ha llovido en los últimos días y quedan muchos restos de humedad en las trayectorias durante todo el día». De hecho, durante toda la mañana, la pista resultará complicada, provocando algunas caídas. Como siempre, los periodistas se dieron cuenta enseguida de la diferencia entre la pista real y su modelado en los videojuegos: los desniveles del circuito portugués son mucho más pronunciados que en las consolas y sujetar el manillar será algo más físico que hacerlo con el mando… Sobre todo porque la recta es larga y la famosa chicane era la curva más lenta de todo el campeonato (apenas 60 km/h). Estoril no es un circuito fácil porque tiene muchas curvas ciegas, giros que requieren varios puntos de cuerda, grandes frenadas en bajada y una parabólica en plena aceleración que te devuelve a la recta. Si a esto le añadimos la humedad y los charcos en los puntos acordes o en las zonas de frenado, veremos que la electrónica de a bordo no será superflua en una máquina que ha ganado 17 CV (202 registrados), ha aumentado su valor de par (117,6 Nm) y que sólo cede en… 14.500 rpm.
Desde aquí se controla el ajuste de la electrónica
A primera vista, el sonido del escape puede resultar algo desagradable, pero en cuanto el motor arranca (con sólo pulsar el botón de arranque gracias al sistema Easy Start), el sonido que modula te reconcilia con él: ni metálico como en una ZX10R ni cavernoso como en una R1, es ronco y aterciopelado. Y si a esto le añadimos el cuidado sonido del airbox, una especialidad de Gex, la nueva GSXR ofrece una sinfonía hechizante.