Seguramente veremos más de estas agresivas máquinas en formas suavizadas o más aptas para viajar, ya que permiten a los fabricantes realizar economías de escala utilizando una plataforma ya existente. Después de KTM y su excelente Superduke GT o MV Agusta y su Stradale 800, Yamaha lo intenta civilizando su MT-10. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuéntralas todas en el concesionario de motos segunda mano Crestanevada.
El famoso Crossplane de cuatro cilindros en línea de la R1 en una superbike roadster es la coronación de la filosofía Dark Side of Japan de la empresa Iwata. Y la MT-10 ha sido un gran éxito comercial. Pero cuando se conduce una MT Tourer, ¿se sigue encontrando con el lado oscuro de la Fuerza?
¿No va el Tourer más allá del Lado Oscuro?
¿Disgusto y colores?
Nuestra Tourer alterna el negro mate con el brillante y adivina qué: fue Yamaha quien se atrevió a hacerlo por primera vez en su 600 Thundercat hace veinte años. En aquel momento fue una premonición, porque los colores mate no eran nada populares. Hoy en día, aunque no nos inmutemos, la actitud mate no es del gusto de todos y, en este caso, nuestra MT-10 no obtuvo la aprobación unánime. ¿Opiniones al azar? «Es demasiado masivo en negro: parece que lo han puesto todo delante y nada detrás…»; o de nuevo: «Hay algunas curvas, y este colector de escape es realmente feo; le falta una tapa de motor» y el golpe final: «¡Pfff, en este esquema de color negro, parece una K1300R!».
Por supuesto, todas estas opiniones son esencialmente discutibles, pero las compartimos en general. En este sentido, el Fluorescent y el Blue Tourer nos parecen más susceptibles de concitar un consenso…
Una sutil combinación de mate y barniz, el Tourer no es unánime.
Para 2017, los Dark Siders pueden elegir entre 3 versiones del roadster chico malo: el MT-10, el MT-10 SP y el MT-10 Tourer que probamos aquí. Desde la versión base, el equipamiento de 2017 gana algunas modificaciones: la configuración del motor se revisa para adaptarse a Euro-4 y la caja de la ECU es específica, lo que lleva a nuevos ajustes de inyección. También hay una palanca de cambios hacia arriba. El modelo SP, inspirado en la R1M, cuenta con colores específicos (gris/azul), un cuadro de instrumentos TFT colorido y de mayor resolución y, sobre todo, suspensiones Öhlins semiactivas (Kayaba en las versiones Standard y Tourer) regulables durante la marcha.
El cambio es más suave en las marchas largas.
Por último, nuestra Tourer consta de una MT-10 estándar con burbuja (no ajustable), tapicería Comfort, maletas SW-Motech semirrígidas y desmontables, protectores de manos (no presentes en nuestra moto de prueba) y un soporte universal para GPS. Por supuesto, nada impide que el propietario de una MT-10 estándar (14495 euros) o incluso de una SP (16995 euros) adquiera el equipamiento Tourer del catálogo de accesorios Yamaha; costaría unos 1300 euros. Pero al final, una Tourer cuesta sólo 500 euros más que una versión estándar, lo que convierte a nuestra moto de pruebas en la variante más barata de la familia. Al menos a primera vista.
Empecemos por repasar la utilidad de su equipamiento opcional:
– Burbuja: ciertamente útil, alivia claramente al piloto de la presión del viento. Digamos que el pecho está protegido, pero para los motoristas más altos los hombros permanecen en la turbulencia, al igual que el casco. En este sentido, un casco integral de competición aerodinámico será el más cómodo de llevar. Es una pena que el parabrisas no sea regulable como en el Superduke GT.
– Guardamanos: no estaban presentes en nuestra máquina de prueba, acababan de llegar al importador cuando la devolvimos. Muy bonitos, pero parecen demasiado finos para ofrecer una protección real.
– Asiento confortable: sigue siendo firme pero muy acogedor para el piloto. El pasajero aprecia su suavidad pero lo encuentra demasiado pequeño; más deportivo que Tourer, de hecho.
– Fundas SW-Motech: extraíbles (con llave), muy buen acabado (típico de este fabricante alemán), impermeables y ligeras. PERO: imposible meter un casco en él, capacidad tan limitada, sin cierre de cremallera, cierres que quedan visibles en la moto y que requieren un enganche meticuloso para no perderlos en la carretera…
– Soporte universal para GPS: permite montar la mayoría de las unidades GPS en el centro del manillar y es un accesorio muy apreciado.